viernes, 4 de febrero de 2011

Palabra de VidaFebrero 2011
Palabra de vida - Febrero 2011



«Los que se dejan conducir por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios» (Rm 8, 14) (1).

Esta Palabra es el núcleo central del himno en que S. Pablo ensalza la belleza de la vida cristiana, su novedad y libertad, fruto del bautismo y de la fe en Jesús, que nos injertan plenamente en Él y, por medio de Él, en el dinamismo de la vida trinitaria. Al hacernos una sola persona con Cristo, compartimos su Espíritu y todos los frutos del Espíritu, en primer lugar el de la filiación divina.

Aunque S. Pablo habla de «adopción»(2), lo hace sólo para distinguirla de la condición de hijo natural que sólo le corresponde al Hijo único de Dios. Nuestra relación con el Padre no es puramente jurídica, como si fuésemos hijos adoptivos, sino algo esencial, que cambia nuestra naturaleza como si se tratase de un nuevo nacimiento, porque toda nuestra vida está animada por un principio nuevo, por un espíritu nuevo que es el mismo Espíritu de Dios.

Y como S. Pablo, no nos cansaríamos nunca de cantar el milagro de muerte y resurrección que la gracia del bautismo obra en nosotros.

«Los que se dejan conducir por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios».

Esta Palabra nos habla de algo que tiene que ver con nuestra vida de cristianos, a la que el Espíritu de Jesús imprime un dinamismo, una tensión que S. Pablo condensa en la contraposición entre carne y espíritu, entendiendo por carne al hombre entero (cuerpo y alma) con toda su fragilidad constitutiva y su egoísmo, en lucha continua con la ley del amor; es más, en lucha continua con el Amor mismo que ha sido derramado en nuestros corazones(3).

En efecto, los que se dejan conducir por el Espíritu deben librar cada día el «buen combate de la fe» (4) para poder doblegar todas las inclinaciones al mal y vivir según la fe profesada en el bautismo.

Pero ¿cómo?

Sabemos que para que el Espíritu Santo actúe es necesario que nosotros correspondamos. Al escribir esta Palabra, S. Pablo pensaba sobre todo en ese deber de los seguidores de Cristo que consiste precisamente en negarse a uno mismo y luchar contra el egoísmo en sus formas más variadas.

Pero este morir a nosotros mismos es lo que produce vida, de modo que cada corte, cada poda, cada no a nuestro yo egoísta es manantial de nueva luz, de paz, de alegría, de amor, de libertad interior; es una puerta abierta al Espíritu.

Al dejar más libre al Espíritu Santo, que está en nuestros corazones, Él podrá prodigarnos sus dones con mayor abundancia y podrá guiarnos por el camino de la vida.

«Los que se dejan conducir por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios».

¿Cómo vivir, pues, esta Palabra?

Ante todo, debemos ser cada vez más conscientes de la presencia del Espíritu Santo en nosotros: llevamos en lo más hondo un tesoro inmenso, pero no nos damos cuenta suficientemente; poseemos una riqueza extraordinaria, pero en su mayor parte no la aprovechamos.

Además, para oír y seguir su voz, tenemos que decir no a todo lo que vaya contra la voluntad de Dios y decir sí a lo que Él quiera: no a las tentaciones, cortando inmediatamente con sus instigaciones; sí a las tareas que Dios nos ha encomendado, sí al amor al prójimo, sí a las pruebas y dificultades con las que nos encontramos…

Si actuamos así, el Espíritu Santo nos guiará y dará a nuestra vida cristiana ese sabor, ese vigor, esa garra, esa luminosidad que no puede dejar de tener si es auténtica.

Y también quienes estén cerca de nosotros se darán cuenta de que no sólo somos hijos de nuestra familia humana, sino hijos de Dios.

Chiara Lubich



1) Palabra de vida, junio 2000, publicada en Ciudad Nueva, nº 366, p. 24.
2) Cf. Rm 8, 15; Ga 4, 5.
3) Cf. Rm 5, 5.
4) 1 Tm 6, 12.

martes, 1 de febrero de 2011

La revolución positiva ya ha comenzado

Positive RevolutiON

La revolución positiva ya ha comenzado


Positive RevolutiON! Protagonistas de nuestro mundo, reunió a centenares de jóvenes de toda España en Madrid.


“Esta noche –les dijo Maria Emmaus Voce- habéis empezado algo grande. Id adelante, sin miedo. El mundo es vuestro. La revolución positiva ha comenzado”.

“¡Genial, magnífico, impresionante!”. “Ha sido una experiencia nueva y además bastante diferente de todas a las que había participado”. “Estoy muy contenta pensando que ya somos muchos los que vivimos así”. “Sin duda lo mejor fue el taller por la tarde y el momento de la sala con todas las experiencias de alegrías y dolores”. “Las respuestas de Maria Voce... una experiencia sublime”. Estas son algunas de las impresiones recogidas entre los jóvenes presentes.

Canciones, coreografías y una sugerente propuesta para vivir a lo largo del día: “Nunca es pequeño lo que se hace por amor”. Así comenzó Positive RevolutiON!, el encuentro organizado por los jóvenes de los Focolares. Una propuesta para vivir juntos y cambiar el mundo.

Cientos de jóvenes repartidos en 18 talleres con títulos muy variados: ¿Sonríes? - Bioética, actitudes ante el valor de la vida - Estudio, consumo, trabajo, me divierto, me relaciono, ¿estoy satisfecho? (Economía de Comunión) - Mucho más que puro teatro - Voluntariado: ¡no mires, actúa! - Green revolution,… La tarde continuó con todos en la sala, compartiendo lo vivido en los talleres.
Muchas fueron las experiencias que contaron los jóvenes sobre cómo viven su día a día: en el estudio, cuando salen los fines de semana, organizando conciertos solidarios, construyendo “puentes de fraternidad” con jóvenes musulmanes en Tánger,… y también cómo viven cuando llega el dolor.

Y mientras hablaban los jóvenes, le hacían preguntas a Maria Emmaus Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares. Juntos fueron desplegando un estilo de vida que cautivó a todos: vivir por grandes ideales, pendiente de quien tienes al lado, viviendo con y por él, viendo a Jesús en cada uno.

Maria Emmaus Voce era una más con ellos: “En tiro con arco, cuando se quiere dar en la diana, no se puede mirar al centro, se tiene que mirar más arriba, porque en la trayectoria la flecha desciende. Si vosotros apuntáis al centro antes de lanzar, la flecha acaba en el suelo. Tenéis que mirar más arriba para dar en la diana. Mirad alto, no tengáis miedo, sois vosotros los protagonistas de vuestra vida. No esperéis a mañana para hacer el mundo nuevo, el mundo nuevo lo estáis haciendo ya. Sois vosotros. Ya habéis empezado a hacerlo. ¿Cómo? Como ellos han contado antes: tomando las palabras del revolucionario más grande, Jesucristo. Su revolución comenzó hace dos mil años y todavía no ha terminado; cada uno de nosotros tiene que poner de su parte para esta revolución, partiendo de la palabra amor. Viviendo en el amor, siendo amor vivo para todas las personas con las que os encontraréis. No os contentéis con menos, no os contentéis con menos”.

Positive revolutiON contó con la participación de medio centenar de jóvenes portugueses, que no dudaron en hacer kilómetros para estar presentes en este acontecimiento.
De muchos lugares del mundo llegaron mails, sms… de adhesión y cercanía, expresión de los miles de jóvenes que trabajan y viven ya por el mundo unido, mostrando que no solo es posible, sino que ya realidad. También se compartió esta jornada con jóvenes de otros Movimientos o realidades eclesiales.

El encuentro concluyó con un espectáculoconstruido en gran medida con la aportación de los participantes en muchos de los talleres. Y no faltó el anunciar las próximas citas: Encuentro internacional de jóvenes en Roma, previo a la beatificación de Juan Pablo II y la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.